La terapia musical se puede aplicar en niños o adultos con diversidad funcional, como parálisis cerebral, síndrome de down, retraso madurativo, trastorno del espectro autista o del lenguaje entre otros. 

El musicoterapeuta evalúa las diferentes áreas donde pueden trabajar; emocional, cognitiva, sensorial, psico-motriz y conductual.  En este proceso, promueve y registra cambios expresivos, receptivos y relacionales que dan cuenta de la evolución proceso musicoterapéutico.

 

La Musicoterapia puede facilitar las relaciones humanas y contribuir a la adaptación del usuario a su medio. Es un estímulo que enriquece el proceso sensorial, cognitivo y motor. Además, fomenta la creatividad y la flexibilidad ante el cambio. 

Podrá llevarse a cabo en sesiones individuales o grupales, según necesidades o preferencias del usuario, junto con el asesoramiento del musicoterapeuta.